Todos los que buscan un santuario de silencio y meditación en la soledad de la montaña palentina. El shigung (maestro) da hospitalidad al viajero y también lo inicia en el kung-fu, el taichi y la caligrafía china. No en vano, vivió durante algunos años en el verdadero monasterio budista de Shaolin. Poco antes de amanecer suena en la posada una campana que llama a la meditación en el cuarto zen (kwoon). Al atardecer, en reciprocidad, el maestro preside la ceremonia del té e invita a los huéspedes a un masaje Tui Ná. Irse de aquí es un pecado imperdonable.
Priorato de Val.Villacibio, Palencia. Internet: www.posadaprioratodeval.com.